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El amor propio no es un cliché

El amor propio no es un cliché

Hay una escena de la película Angel-A (Francia, 2005) en la que el protagonista André, interpretado por Jamel Debbouze, habla consigo frente al espejo. No es cualquier toma en la que el personaje dice afirmaciones como “estás muy guapo” o “eres muy chingón” mientras se perfuma antes de salir de casa. En medio de una crisis personal, André es motivado a expresarse amor, por una misteriosa mujer a quien ha salvado la vida: Angela.

Hemos escuchado hasta el cansancio esta premisa: no podemos amar a alguien más si no nos amamos a nosotros mismos. Suena trillado y comúnmente se aplica para hacer referencia al amor de pareja, pero va más allá de eso.

Piensa en alguien a quien quieras mucho y recuerda alguna ocasión en la que se haya equivocado y lo escuchas decirse: “Qué tonto, no hago nada bien”. ¿Cuál es tu reacción? Lo más probable es que le eches porras y hasta le ofrezcas ayuda. Ahora piensa en qué le dices cuando te platica que resolvió una situación que lo tenía atormentado. Probablemente te pones contento o contenta y lo felicitas.

¿Haces lo mismo contigo? Todo el día nos hablamos a través de nuestros pensamientos, solo que estamos tan acostumbrados que ya no nos hacemos conscientes de ello, sin embargo, esos mensajes que nos decimos son los que dirigen nuestro actuar, nuestras decisiones y la forma en que nos relacionamos con los demás.

Platicando con conocidos, coincidimos en algunas características básicas del amor: respeto, confianza, admiración y camaradería. Eso mismo debemos entregarlos a nosotros. El amor propio no se trata del ego o la vanidad, sino de valorarnos, respetarnos, reconocer nuestras capacidades y limitaciones.

Al establecer una relación de pareja o de amistad nos preguntamos cómo nos hacemos sentir el uno al otro y si hay respeto. Cuestionémonos lo mismo hacia dentro.

¿Cómo nos hablamos? Todos tenemos dentro ese pepe grillo que nos destruye o nos fortalece, claro que lo que nos decimos tiene relación con nuestra educación, costumbres y con la forma en que nos hablaron cuando éramos pequeños. La buena noticia es que, si ponemos atención a eso que nos decimos y a cómo nos hace sentir, podemos transformar esas palabras en mensajes asertivos.

El diálogo negativo nos victimiza y no aporta ninguna solución a aquella circunstancia que estamos viviendo. Pero si le damos la vuelta, podemos pensar con más claridad y mejorar nuestro estado de ánimo.

¿Cómo nos cuidamos? Esto va desde los alimentos que ingerimos hasta las visitas de rutina al médico; la atención que le damos a nuestro sueño es muy importante, pues dormir bien eficientiza prácticamente todos los procesos de nuestro organismo.

Este autocuidado va de la mano del autoconocimiento. Hay que saber identificar qué es lo que queremos, qué nos gusta, qué nos hace sentir bien y, de la misma manera, lo que no nos gusta o nos lastima. Es importante hacer caso a ambas caras de la moneda. Hay que conectar con lo que sentimos, escucharnos y respetar eso.

Con todo lo anterior podremos tener claro qué es lo que buscamos y qué permitiremos en una relación, de pareja o de amistad. Esperaremos solo aquello que nosotros mismos nos damos, ¿esto te hace sentido?

Si identificas que te cuesta trabajo brindarte este amor esencial, como le ocurre a André, siempre está la opción de acudir con un especialista que te ayude a reconectarte contigo y prepararte para vivir relaciones placenteras, desde el respeto y la admiración. Después de todo, como dijo el poeta irlandés Oscar Wilde: “Amarse a uno mismo es el comienzo de un romance de por vida”.

¡Saludos!

Puedes encontrar algunos consejos aquí:

https://www.psania.com/la-importancia-de-cuidar-nuestro-dialogo-interno/

Película Angel-A dirigida por Luc Besson:

https://www.youtube.com/watch?v=FpxML94OWY0

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5 comentarios en “El amor propio no es un cliché

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