Necesaria, una estrategia regional para avanzar en el compromiso de cero emisiones netas
México no ha adoptado ningún estatuto para asumir el compromiso de cero emisiones netas, a pesar de que se ha emitido la Ley de Cambio Climático y la de Transición Energética, aseguró el doctor José Juan González Márquez, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Reconoció que para avanzar en este ámbito se requiere de una estrategia regional, una estructura legal que promuevan el conocimiento compartido, la cooperación comercial y la acción colectiva de la región.
“México debe aprovechar su asociación con Estados Unidos y Canadá para lograr su transición energética y ambas naciones tendrán que ser solidarias, ya que nuestro país no puede por sí solo cumplir sus compromisos voluntariamente asumidos en su contribución nacionalmente determinada”, apuntó.
El académico del Departamento de Derecho de la Unidad Azcapotzalco sostuvo que el incumplimiento de México podría afectar al futuro de la región completa y desafía las reglas del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), el cual correspondería ser revisado el próximo año.
En ese sentido, indicó que la renegociación del Tratado es una nueva oportunidad para establecer las bases de una política regional en donde existen dos posibilidades: modificar el capítulo ambiental o firmar un acuerdo paralelo en materia de cambio climático.
“En ambos casos, México quedaría obligado a modificar sus políticas energéticas y climáticas”, detalló en la ponencia Transición hacia una economía cero emisiones netas.
La quema de combustibles fósiles, incluyendo petróleo, carbón y gas natural, ha liberado gases de efecto invernadero a la atmósfera, ha tenido afectaciones medioambientales importantes, por lo que el término “cero emisiones netas” significa que éstas se equilibren hasta dejarlas lo más cercano posible a nulas.
La doctora María Teresa López Arenas, adscrita al Departamento de Procesos y Tecnología de la Unidad Cuajimalpa, refirió que los biocombustibles son aquellos combustibles renovables que se obtienen a partir de biomasas, es decir, recursos naturales o residuos orgánicos.
Por ello, entre sus ventajas está la alta disponibilidad de residuos agroindustriales, forestales, sólidos, la generación de una energía muy económica y rentable, aunado a una baja huella de carbono y la reutilización gracias a la economía circular.
Sin embargo, reconoció que existe posibilidad de sobreexplotación y problemas con los canales de distribución y sistemas de almacenamiento, a lo que se suma una economía rezagada y costos altos de implementación, “de ahí que en México aún estamos lejos de tener este tipo de tecnologías”.
El doctor Víctor Manuel Berrueta Soriano, coordinador del Centro Ecotecnológico Uandani, de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán, habló sobre ecotecnologías en el sector rural como una alternativa para la transición energética a través de dos proyectos que cuentan con el apoyo de Programa Nacional Estratégico de Energía y Cambio Climático (Pronace) del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).
“Hay una serie de necesidades en estas regiones que puede ser satisfecha como electricidad, iluminación, calentamiento de agua o cocción de alimentos mediante opciones con paneles y cocinas solares, estufas de biogás y calefacción de espacios en pequeña industria”, dijo.
Berrueta Soriano mencionó que hay beneficios en el uso de ecotecnologías, tanto medioambientales, como económicos y desde el ámbito energético, ya que son un conjunto de técnicas aplicadas con el soporte de los avances tecnológicos, que garantizan un uso de los recursos naturales de manera limpia.
Los especialistas participaron en el Foro 50 años de investigación en Ingeniería en Energía y los desafíos hacia la transición energética, en la Unidad Iztapalapa.